No hacen falta grandes montajes y escenificaciones para gastar una buena broma, a veces la vieja técnica del susto inesperado sigue siendo la que mejor resultados ofrece.
El protagonista de esta broma es un hombre disfrazado de un espantapájaros que hace reír a la gente que pasea por el parque, pero al ir a sacarse una foto con él descubren el secreto que se esconde detrás de su disfraz.