Vuelve Miguel Lago a ‘El Club de la Comedia‘ para comentarnos, como ya lo hizo en su monólogo anterior, que lo que realmente le define como persona, lo que realmente es, es un hijo puta. Pero como parece que la gente no le cree y piensa que todo es un personaje, nos lo explica aún más detalladamente.
El cómico gallego nos cuenta detalles de su matrimonio que ahora está regular, pero no por él, porque él es encantador y de trato fácil. Además nos dice exactamente el momento en el que cambió su vida. Él antes creía en la paz mundial, la igualdad social y demás, hasta que se puso un traje de 4000 euros y se le quitó la tontería.
Un monólogo distinto, de los que te hace reflexionar sobre las miserias del ser humano, de las que todos llevamos un poquito en nuestro interior.